jueves, 25 de diciembre de 2008




Hola.
Solo tengo esta oportunidad para platicar contigo.
Así, a solas.
Solo entre nosotros dos y el viento como cómplice de esta tempestad de corazones volátiles.
Déjame decirte como te siento, pero espero que solo sea un monologo donde exponga mis querencias y tu me escuche quedamente.
Cuando decidí amarte no compre boleto de regreso, ni un color de vida alguno. Solo soy lo que soy por que soy mortal con sus altas y sus bajas, ya tú lo sabes, hemos navegado en olas bravas y en placidas arenas.
Ya sabes como actúa mi espíritu, impetuoso y borrascoso, pero tierno cuando encuentra tus brazos abiertos no solos al placer; también a la conversación de las ideas claras y a las ocultas, entre las sábanas cansadas siempre me acogen plácidamente.
Me preocupo por tus quejas y celebro tus triunfos. De alguna manera también son míos. Es como cuando con una tacita de ese cafecito aromático que me regala en domingos de mañanas dormilonas, contemplo tu rostro en el cual el tiempo y mis querencias se han posado.
Somos como un cuento de revista, cada día renovamos la portada.
¡Ya ves, tu cara sonríe! valió la pena mi monologo contigo y mis nostalgias, de las cosas que nos pasan; aunque solo sea en esta hoja con líneas azules y en tu figura dibujada en mi mente.
Bueno ya tengo que terminar, ya no me quedan más líneas y se me acabaron las palabras de este monologo de mis ideas C.J. Por eso te quiero aunque sea en líneas azules y párrafos cortos. Párrafos juguetones por la prisa de un fin que tiene que llegar aunque me tengas en tus brazos con líneas azules.

RELATOS EN LINEAS CURVAS





-Hoy pequeña, me quede sentado en el portal de mi puerta. Vi pasar cada segundo de mi vida frente a mi y guarde para ti mis más bellos recuerdos enmarcado en la distancia de este monologo de querencias.
-Bueno para que sigo con este conversatorio si tú no entiendes el palpitar de mis ideas y la encrucijada de: ¿Porque late este corazón moreno con cara de gitano en luna llena?
-Que más da; Mira.... si sigues en silencio yo tendré que seguir con mi monologo de camino polvoriento, aquí mirando en el horizonte, oteando tus querencias a ver si encuentro las mías entre las tuyas.
-Ves… como quiera pasa el tiempo entre los latidos y el palpitar de nuestros corazones. Es como la carta que escribimos la ponemos en un sobre pero jamás echamos al buzón.
-¿Te digo la verdad de nuestras vidas?
-De verdad deseas oírlas. –Veamos entonces.
-Somos amargados en vino rancio y tardío.
-Queremos filosofar con el amor y solo un disimulo mal realizado nos sale. Como una comedia de mala muerte.
-Con el teatro de nuestras vidas vacías: que carajo de aplauso vamos a cosechar. ¿Me puedes explicar esto?
-Se que te ríes y hace tus conjeturas, pero es la vida de nosotros las que ponemos en juego y no lo ves. Solo vives tu mundo de fantasías agonizante.
-Bueno de todas formas las largas horas de la tarde son las líneas del final de este cuento de nunca acabar. Por supuesto acompañadas con tu cafecito mortecino y aromático.
-Esa es la diferencia de nuestro conversatorio. Donde como mudo espectador soy el único que dialoga con la tarde y las ideas.
-No, no hay tiempo para esa sugerencia que nos brinda la carne.
-Hoy solo tengo los segundos para un tango mal vivido y mal contado en este marco de puerta vieja, mirando el caminito polvoriento y solitario de nuestras almas.
-Ese mismo que se desgasta con el tiempo al paso de los segundos. que se corroe cuando las gotas de agua golpean igual que cincel de acero; haciendo mellas en las arrugas de su piel de polvo fino. !Si amigo! así somos nosotros. Pero de todas manera nuestras vidas seguirán entrelazadas entre las querencias y el desamor de la cotidianidad.
-¡Te veo en el próximo recodo, chao!…

MIS DIALOGOS CON EL SILENCIO




-Bueno….juntos otra vez,
-Que ironía de la vida esta novela que vivimos.
-Donde solo yo hablo y tu… si tu… mujer, si a ti.
-Tu solo escuchas.
-Parece interminable esta historia.
-Pero sabes lo interesante de todo esto, es nuestra historia.
-Yo, de todos modos tengo que seguir aquí en mi camino polvoriento mirando a ver en la lejanía del mismo, si alguien desea detenerse y platicar un poco conmigo.
-Es para terminar con la monotonía de mi conversación.
-Pero déjame contarte algunas cosas….si, phsssssssssss… tú sabes algunos chismes,
si, de esos de la comarca que nunca faltan y en este calor endemoniado no esta mal escuchar una que otra historia de esas.
-Que me dices…-la acepta.
-Okey, Pues hay vamos.
-Mira tengo dudas sobre las princesas; porque siempre en los cuentos hay Hadas Madrinas, pero y en la realidad que vivo no se si hay.
-Bueno y si esta princesa tiene sus ojos morenos y corazón gitano, creo que en sus palabras tiene algún embrujo.
-Si hombre de esos que hechizan con solo pronunciar una palabra.
-De pensar en sus labios ya me siento un poco raro.
-jajajajajaja…… -Bueno es carcajada de loco.
-Si mujer porque como puede una idea de un cuento enamorarte y tu hacerla realidad.
-¡No se!, -yo no le pongo valor a mis pensamientos.
-Por lo menos se que algún precio si debe de tener la ilusión.
-Si, si, si ya lo se que este sol endiablado y este polvo del camino hacen que uno piense tonterías.
-Pero, por favor me dejarías con mis ideas y mis tonterías de princesa morena con ojos de gitana embrujada, bueno de todos modo tú nunca dices nada siempre estas callada.
-Que cada mujer tiene en su alma letras y canción gitana.
–Nunca lo había pensado…en serio mi bella dama, talvez tiene razón.
-Que pena, te seguiré contando historias y cuentos cuando nos volvamos a encontrar.
-Porque tengo que recoger las ideas y el sol ya muere en esta tarde, con sus rayos como espadas y este calor de los mil demonios y este polvillo de vida inquietante.
-Bueno nos vemos más luego, eh.
-Chao.
-Es hora de un buen cafecito para dormir la tarde y despertar la noche estrellada.

LA CARTA




Transcurría el día sin novedad, pero una que otra vez por su sendero pasaba un tardío cartero con algunas cartas retrasadas por las circunstancias de la vida.
Se para frente a el y le dice:
-¿Amigo, espera correspondencia?
-No que yo sepa viejo sinvergüenza; responde…pero si tienes algo déjala por ahí, donde ya sabes.
–No tengo prisa por algo que no esperaba.
Dicho esto siguió ensimismado en sus pensamientos.
Giro la cabeza y vio al viejo cartero con su bulto de cartas cuando se dirigía a poner la correspondencia sobre una desvencijada mesa de pino, ya casi blanca por el tiempo que había visto pasar sobre ella.
Suspiró y prosiguió en sus ideas que revoloteaban en sus mechones blancos. Y se dijo para sus adentro un poco expresivo por la rotura de su felicidad.
-¿Quién me mandaría a mi una carta?
-¿Pero para que se molestaría alguien en eso?
Con esos pensamientos y con su soledad paso una gran parte de la tarde.
Tarde, que con el crepúsculo se había tornado en un lienzo para la inspiración y los amores. De pronto se dio cuenta de ese detalle y se dijo para si; pero en voz alta:
-¡Pero si, puede ser! –Ella me pudo escribir alguna vez.
Y picado por la curiosidad se levanto con sus dolores de años viejos y se dirigió a la vieja mesa, con manos temblorosas y como autómata intento tomar la carta. Se detuvo de repente y le saltaron las dudas; pensó: -¿Que me dirá ella? Se quedo parado por un segundo.
Dio media vuelta y entre asustado y afligido, retira su mano de la carta que estaba sobre la desvencijada mesa por el paso de los años.
Regreso a su silla y siguió meditando en la cuestión de la carta. Dejo que el tiempo pasara y también los días y en la mesa seguía la carta esperando que la abrieran.
Ya no tenía interés por el contenido; para el, otro poeta era dueño de sus versos.

DE REGRESO AL CAMINO



Caminaba con pasos lentos… su mirada se perdía en la distancia.
Espejismos de ilusiones círquenses venían a su memoria, recorría su camino polvoriento de sentimientos y ganas olvidadas.
A su espalda ya no le cabía un peso mas de fatiga, pero podía cargar con las arrastras de su alma.
Se dijo para su adentro:
- No se porque continuo en este camino polvoriento y que busco en el.
- Pensé que tenía descanso en algún recodo de la vida pero, no es así.
Meneo el cabeza como resignado a su suerte y destino, de un lado a otro.
Siguió caminando, sin reparo del tiempo tratando de llegar a su destino. Solo, con el aullar del viento a su lado como compañero de camino.
A la distancia vio un frondoso árbol de querencias de la madre natura;
-Apresuro los pasos como si en ellos dejara los últimos jirones de vida que le quedaban.
Al llegar, con la frente sudorosa y en la mano un pañuelo con olor agridulce lo sostuvo por un instante y pensó:
- ¿Y vale la vida tanto caminar para después borrar el esfuerzo?
- Talvez no. Se dijo para si mismo. Lo guardo de forma mecánica en el interior de su chaqueta que ya no tenia color ni forma.
-Pero como todo viajero en algún lugar de su camino tiene que descansar.
Y en el, en su esencia de bohemio de la vida y el amor de los recuerdos; cualquier lugar de la vida y de otros brazos podían ser el mejor lugar del mundo.
-Que más dan unos brazos que otros se dijo; lo importante es descansar el alma,
-¡Si eso es!, -Tengo que descansar esta, mi cansada alma bohemia.
-Ya el tiempo dirá si este árbol tiene suficiente cobija para descargar el fardo de fatigas de la vida y las querencias entumidas por guardarlas en la memoria de los recuerdos de almas y de mucho caminar.
-Si, eso haré.
-Para que seguir por caminos polvorientos? Trastabillando con las ideas y los sentimientos. Es mejor dejarlos volar, si son míos regresaran a mis brazos. Si pertenecen a otro volando seguirán.
-Pensando de esta manera el abuelo se durmió en su rincón, mirando el camino polvoriento de su vida en una placida tarde con una brisa fresca del norte.
Pero yo tenía que seguir aquí en el marco de mi puerta, mirando el camino polvoriento de mi vida y mis amores.

CONCIERTO EN LA CHARCA





La noche estaba cargada de estrellas y cánticos como Sinfonía de Ángeles.
-El mensaje de cada coro era entonado con tal gracia que los duendes de la nostalgia detuvieron sus andanzas para estar en primera fila en tan majestuoso espectáculo.
-En la charca, lugar donde se preparaban los tenores del momento; las Libélulas pululaban dando los últimos detalles.
-Pero en medio de todo esta algarabía tres Ranitas ya habían afinado su voz y al compás de un, dos, tres dejaban escuchar los primeros tonos de su melodía.
-A lo lejos, en el alto firmamento, una invitada especial hacia su asomo en esta fiesta. –Coronada por gruesas nubes la Luna asomo su carita redonda de queso y dejo ver sus primeros reflejos en las tranquilas aguas de aquel majestuoso escenario.
-Bueno, dijo el Sr. Sapo con fuerte voz. Yo soy un artista exigente, tengo que ser el primero.
-A una, las Cigarras chisporrotearon su trino y dijeron.
-No, de ninguna manera. –Usted es el último en la lista.
-Sabiendo que aquella noche no podía exigir mucho con fuerte croar dijo está bien esperare.
Todo siguió muy animado, la laguna está en su mejor apogeo. Hasta el Burro que fue a beber participo por en cargo de la Avispa en tan inesperado espectáculo.
–Así transcurría la noche cuando un imprevisto trueno anuncio la suspensión del espectáculo. Todos salieron despavoridos en busca de refugio, pero las Ranitas y el Sr. Sapo atónito a lo que pasaba no entendían el porqué del ajetreo en guarecerse de las lluvias y los truenos.
-Total, dijo el Sr. Sapo a las Ranitas: ya muchos de los invitados se han marchado. Una de ellas muy curiosa le responde: -Mejor diga que fueron su cena en esta charca.
Con fuerte gotas de lluvia en la pradera, la noche anunciaba la suspensión de las actividades de los ocupantes de la charca, hasta el nuevo día. Donde el Sol mostraría nuevos signos de vida y otras aventuras.


POR LA LLUVIA




Alrededor de la fogata cuatros mozos escuchaban la historia, cosas de jóvenes de antaño. Sus ojos brillaban fulgurantes en uno por la luz de las llamas y en otros por la idea mal sana.

Pero todos escuchaban atentos a su interlocutor, tenían por testigo a la noche oscura, el canto de los pájaros y las estrellas del cielo.

El tiempo pasó lentamente y las mentes de cada uno estaban ávidas de aquel relato que comenzó con la idea de la hermosura de aquella joven, los detalles de su cuerpo y los encantos y placeres que daba a quien tocaba tu puerta y ella le habría.

Fue a la orilla del río cuando estregaba la ropa con sus manos finas, se presento Juan que con sus silbidos anunciaba a la moza que le esperaba en la cascada del riachuelo y donde ella le habría prometido darle sus placeres de moza llena de energía.

Los cuatros tenían sus mentes calenturientas al escuchar la historia y no pestañeaban y su respiración parecía desaparecer ya que no le interesaba a ninguno perderse ningún detalle de la historia de sus vidas y más de una mujer como esa, la reina de la comarca como mujer.

Cuando comenzaban los detalles del encuentro entre Juan y la moza, en lo alto del firmamento una trompeta infinita anuncio un aguacero infernal y el fin del relato. Los muchachos le decían a su amigo: sigue pero las gotas gruesas de la lluvia que ya caía les hizo ver que todo termino y solo en su mente podrían terminar la historia que nadie supo cómo fue.

Las gotas gruesas de la lluvia apagaron la fogata y así también estas líneas, hasta que aclare mas tarde.


LAS DANZAS DE LAS RANAS



Doblaba la espalda la tarde por el peso del día, que ya casi terminaba.
* * -Eternidades incontables de tiempo y distancia para quien tiene en mente un encuentro de luceros. En conjunción con la luna, la llovizna hacia gala de presencia en la mejilla de la tierna cara; insinuaciones de belleza en un lirio a punto de cortar en la desnudez de la cama.
* * -Ya, y un poco cansada; los luceros hacían gala de su presencia como sempiternos guardianes de querencias y rumores de enamorados.
-En la lejanía otro actor mandaba su correspondencia para anunciar que habría fiesta en la danza de las estrellas, lejanos relámpagos presagiaban con voz de trompeta el acontecimiento.
* * -Pero no muy lejos del escenario, unos invitados se preparaban para danzar su vals en traje de frac, unas ranitas que aleluyavan su libertad con el croar de sus gargantas y la dulzura en la esperanza de las gotas de agua que ya empezaban a caer; dejando a la tarde la oportunidad de despedirse de un día agobiado por el peso de los segundos de nuestras vidas.
* * -De todos modos yo estaba en primer lugar en este escenario maravilloso; frente a mi tenia todo el paisaje de la tarde, mi camino eterno y polvoriento que ese día y en un tiempo muy especial se vestiría de gala. -Por sus viejas cunetas correrían las gotas de la fresca llovizna como mozalbetes juguetones.
* * -Ocasión precisa de hablar de amor y poesía en brazos calenturones y tiernos de mujer de tarde serrana.
* * -Bueno de todas manera mis interlocutores son mis ranas que ya empezaban el concierto en la charca que se formaba en el patio del Viejo Juan. Nombre dado a mi árbol de mis recuerdos y desamores.
* * Si, este viejo día ya se iba sin dejar la propina de los viejos recuerdos. * * *