jueves, 25 de diciembre de 2008

CONCIERTO EN LA CHARCA





La noche estaba cargada de estrellas y cánticos como Sinfonía de Ángeles.
-El mensaje de cada coro era entonado con tal gracia que los duendes de la nostalgia detuvieron sus andanzas para estar en primera fila en tan majestuoso espectáculo.
-En la charca, lugar donde se preparaban los tenores del momento; las Libélulas pululaban dando los últimos detalles.
-Pero en medio de todo esta algarabía tres Ranitas ya habían afinado su voz y al compás de un, dos, tres dejaban escuchar los primeros tonos de su melodía.
-A lo lejos, en el alto firmamento, una invitada especial hacia su asomo en esta fiesta. –Coronada por gruesas nubes la Luna asomo su carita redonda de queso y dejo ver sus primeros reflejos en las tranquilas aguas de aquel majestuoso escenario.
-Bueno, dijo el Sr. Sapo con fuerte voz. Yo soy un artista exigente, tengo que ser el primero.
-A una, las Cigarras chisporrotearon su trino y dijeron.
-No, de ninguna manera. –Usted es el último en la lista.
-Sabiendo que aquella noche no podía exigir mucho con fuerte croar dijo está bien esperare.
Todo siguió muy animado, la laguna está en su mejor apogeo. Hasta el Burro que fue a beber participo por en cargo de la Avispa en tan inesperado espectáculo.
–Así transcurría la noche cuando un imprevisto trueno anuncio la suspensión del espectáculo. Todos salieron despavoridos en busca de refugio, pero las Ranitas y el Sr. Sapo atónito a lo que pasaba no entendían el porqué del ajetreo en guarecerse de las lluvias y los truenos.
-Total, dijo el Sr. Sapo a las Ranitas: ya muchos de los invitados se han marchado. Una de ellas muy curiosa le responde: -Mejor diga que fueron su cena en esta charca.
Con fuerte gotas de lluvia en la pradera, la noche anunciaba la suspensión de las actividades de los ocupantes de la charca, hasta el nuevo día. Donde el Sol mostraría nuevos signos de vida y otras aventuras.


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